Un Papa distendido

Nuestra enviada especial a Berlin para cubrir la feria "Chucrut & Sausage 2007", Teresa Eschuk, se encontró con la sorpresiva presencia de Joseph Ratzinger en una finca vitivinícola de unos SS amigos. Ante el hallazgo periodístico, alcanzó a arrancarle algunas palabras referidas al asunto de su reciente reconocimiento del Holocausto: "Por supuesto que reconocí ese hecho fallido. Creo en él como en Santa Clauss, el barón de Münchaussen, la Unión Europea, el Estado de Bienestar y la libertad de culto".

Con referencia a las proximidades del 11-s, declaró: "Debemos estar preparados para un nuevo golpe de esos malditos islámicos, que en connivencia con los asquerosos judíos amenazan la paz del mundo, sin comprender que la tolerancia y el respeto por los demás -por más miserables que sean-son las bases de un mundo mejor."
Luego se perdió entre los viñedos al incomprensible grito de Niemen di bomben. ¡Que hijo pródigo de Alemania!