Home run
En una reproducción Clase B del 11 -S, el beisbolista norteamericano Cory Lidle hizo "strike one" en un edificio de Nueva York. No escapa al análisis editorial de El ortiba de Occidente que este fue un autoatentado más claro que el de las Twin Towers.
El dueño del equipo en el que bateaba Lidle (Yankees) George Steinmbrener declaró que la muerte de su empleado fue "una tragedia terrible y shoqueante que ha sacudido a toda la organización Yankees".
Lidle no era muy querido por sus compañeros de equipo, a los que había mal tratado en forma pública por "no poner lo que hay que poner cuando pitcheo". De manera que se excusaron de hablar y se lamentaron por los daños que su avioneta causó a los vecinos del edificio siniestrado y coincidieron en que "estas actitudes le hacen mucho daño al beisbol".
Lo que parece haber sido una jodita de Bin Laden no es más que uno de esos accidentes corrientes que sacuden la modorra de los norteamericanos, tales como la masacre de niños en escuelas o asesinatos en serie.
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