Uno sopla la trompeta y el otro chupa el clarinete
Por Juan Carlos Viejobueno
Sólo el panorama político capitalino puede mostrar en su fauna de candidatos a personajes como Fernando Solanas, director de cine septuagenario creyente en los ferrocarriles, el balero y el gofio. Alimentar su postulación debe ser arte de algunos grupos interesados en tener delfines adictos, del mismo modo que Erman González lo fue en su momento. Mientras esto deviene, "el candidato" piensa, elucubra y medita quién será su compañera/o de fórmula. ¿hay algo más bizarro?